Pertenece a la familia de los Espíridos, que reúne a especies como sargos, pargos o doradas. El aspecto de estos peces es bastante similar, lo que puede dar lugar a ciertas confusiones, en especial cuando se trata de ejemplares jóvenes. De hecho, suele ser confundido con el aligote, la braca y el pargo.

Tiene el cuerpo de forma ovalada y comprimido lateralmente, aproximadamente el triple de largo que de alto, recubierto por grandes escamas. El perfil de la parte superior de la cabeza es redondeado, el hocico corto y la boca mediana, armada con dos tipos de dientes: unos incisivos pequeños y agudos que se sitúan formando cardas en la parte anterior de ambas mandíbulas y, a continuación de éstos, dos o tres filas de dientes molariformes.

Los ojos son grandes y el diámetro (una característica que lo distingue del aligote) es superior que la longitud del hocico. De las aletas cabe resaltar la dorsal cuya parte anterior está sostenida por radios duros (y por blandos la posterior), las pectorales largas y algo puntiagudas y la muy escotada caudal. El tono general del cuerpo es plateado con algún reflejo dorado o rojizo, que se vuelve blanco plateado hacia el vientre y rosado hacia la parte superior del cuerpo. Además, presenta una mancha negra redondeada al principio de la línea lateral (otro rasgo que le distingue perfectamente del aligote y la braca).

Las aletas son anaranjadas o rojizas y el interior de la boca rojizo. Pertenece a la familia de los Espíridos. Tiene el cuerpo de forma ovalada y comprimido lateralmente, aproximadamente el triple de largo que de alto, recubierto por grandes escamas. El perfil de la parte superior de la cabeza es redondeado, el hocico corto y la boca mediana, armada con dos tipos de dientes: unos incisivos pequeños y agudos que se sitúan formando cardas en la parte anterior de ambas mandíbulas, y a continuación de éstos, dos o tres filas de dientes molariformes. Los ojos son grandes y el diámetro (una característica que lo distingue del aligote) es superior que la longitud del hocico. De las aletas resaltar, la dorsal cuya parte anterior está sostenida por radios duros (y por blandos la posterior), las pectorales largas y algo puntiagudas, y la muy escotada caudal. El tono general del cuerpo es plateado con algún reflejo dorado o rojizo, que se vuelve blanco plateado hacia el vientre y rosado hacia la parte superior del cuerpo. Además presenta una mancha negra redondeada al principio de la línea lateral.

En el Océano Atlántico, ciñiéndose su presencia a las costas africanas y europeas desde Marruecos -incluidas las islas Canarias- hasta Noruega, siendo un pez bastante común. Está presente, igualmente, en la mitad occidental del Mediterráneo, y no tanto en la oriental. Los ejemplares adultos viven formando grupos poco numerosos a profundidades de 100 a 400 metros sobre fondos de fango, arena o cascajo y cerca de afloramientos rocosos como cabezos o cantiles. A veces se pescan a mayor profundidad pero raramente más allá de los límites de la plataforma continental. Por el contrario, los juveniles llegan a formar grandes cardœmenes (a menudo, mezclados con brecas y, sobre todo, con aligotes), y viven por encima de los 40 metros . El tamaño de las capturas comerciales de esta especie suele estar entre el mínimo legal de 33 centímetros.

El besugo llega a la madurez sexual con cuatro o cinco años de edad. En ese momento, se define el sexo de cada ejemplar, ya que, normalmente, es esta una especie hermafrodita proterándrica, lo cual quiere decir que, aunque en esa primera maduración los besugos se desarrollan como machos o hembras, al alcanzar cierta edad una parte de los machos sufren un proceso de inversión sexual, de manera que pasan a funcionar como hembras.

La freza tiene lugar a finales de verano en la proximidad de cantiles y alrededor de los 100 metros de profundidad. Cada hembra expulsa de 200.000 a medio millón de huevecillos (de 0,9 a 1,5 milímetros de diámetro) flotantes. Unos pocos días después emergen las diminutas larvas (de 3 a 4 milímetros) que formarán parte del plancton hasta haber llegado a unos 20 centímetros de longitud y dos años de edad.

Existe una elevada demanda de este pescado, que se encuentra entre los más apreciados por los consumidores, de ahí que se cotice a elevados precios, siendo objeto de una explotación de considerable importancia por parte de la flota palangrera. Queda prohibida la pesca de inmaduros, y se puede decir que, para la pesca deportiva de este pe,z es imprescindible disponer de una embarcación. La época de mayor demanda coincide con la Navidad, pues forma parte de los más típicos menús de esas fiestas. Curiosamente, sin embargo, los meses en que está en mejor comida son julio y agosto. Se comercializa siempre en fresco y entero, siendo la forma más típica de degustarlo asado al horno, también se cocina a la plancha e incluso frito en el caso de los ejemplares más pequeños. En todo caso, es uno de los pescados blancos más exquisitos de cuántos pueblan nuestros mares.